La atención psicológica a domicilio implica un cambio no tanto en la metodología terapéutica, sino en la forma de administración de la misma. De esta manera, es el paciente el que acoge al terapeuta dentro de su zona de confort y su área de confianza, proporciónandoles a ambos numerosos beneficios.
Para el profesional intervenir directamente en el domicilio le proporciona una cantidad de información mayor y más objetiva a la que se recoge únicamente con la atención en la consulta. Además la cercanía al entorno familiar y al contexto en el que se desarrolla la problemática hace que la incidencia del psicólogo sea más efectiva, precisa y personalizada. Durante la intervención, el psicólogo presencia situaciones muy espontáneas como por ejemplo discusiones, formas de interrelación y comunicación familiar, disposición del entorno, dinámicas emocionales de la casa, etc.
Para quién demanda la atención psicológica domiciliaria, le supone una gran comodidad y seguridad por estar en un entorno conocido y elegido por él mismo. También supone un ahorro de tiempo y energía y sobre todo, en muchos casos agradecen que la intervención sea en el domicilio porque es ahí donde está el problema y es una forma mucho más rápida de resolverlo.
La atención domiciliaria es efectiva tanto en el tratamiento de la población infanto juvenil como para adultos, teniendo un gran impacto para la persona demandante y su familia.
Con niños y jóvenes se pueden instaurar más fácilmente hábitos de comportamiento adecuados en el mismo entorno donde se deben realizar, como por ejemplo, las conductas relacionadas con las pautas de estudio, de sueño, cumplimiento de las normas y, en definitiva, las rutinas y comportamientos diarios y adaptativos que realizan en su propia casa. Del mismo modo, supone un tipo de intervención que se adapta completamente a la cotidianidad del niño o del adolescente ya que se interviene en su habitación, con sus juguetes, sus materiales, sus padres, etc.
Con los adolescentes es eficaz el tratamiento de problemas de autoestima y autoconfianza, consumo de sustancias tóxicas, alteraciones del estado de ánimo, entre otros.
En relación a la etapa adulta, la intervención a domicilio es muy beneficiosa en casos de pacientes con ansiedad y depresión así como en fobias sociales y adicciones. Además tiene mucho éxito en patologías que cursan con enfermedades crónicas. No obstante, cualquier persona puede beneficiarse de dicha intervención siempre y cuando se ajuste a sus necesidades.