Turistas en vez de sidra en Pravia

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Turistas en vez de sidra en Pravia
La empresaria Consuelo Fernández-Hijicos rehabilita la antigua fábrica de Arias, en Corias, y la transforma en hotel rural

10:07


Consuelo Fernández-Hijicos, junto a los toneles de sidra y con la fábrica de Arias detrás.
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CORIAS (PRAVIA), V. DÍAZ PEÑAS «Buscaba un lugar para escapar de la ciudad. Encontré este rincón y quedé enamorada». Así habla Consuelo Fernández-Hijicos, una empresaria madrileña que en los últimos años ha rehabilitado la antigua fábrica de sidras Arias, ubicada en el núcleo praviano de Corias, y la ha convertido en un hotel rural de cuatro estrellas. La empresaria, relacionada con el mundo de la construcción, ha optado por mantener la fisonomía del edificio y poner en valor su historia. El hotel viene a complementar la oferta turística de la comarca, que ahora también utiliza la sidra como reclamo.

Como explica esta empresaria, estaba cansada de la vida «estresante» de Madrid y buscó una casita en una zona natural. Acabó dando con una vivienda en el núcleo de Perzanas. Cuando observó las vistas de su casa, lo tuvo claro. Se quedaría junto al río Narcea. Después de rehabilitar su casa acabó convirtiéndose «en una paisana» y conoció al propietario de la fábrica de Arias, un vetusto edificio que estaba casi en ruinas. «Supe que tenía potencial y me puse manos a la obra», dice.

Fernández-Hijicos empezó a reunir licencias y no tardó en comenzar las obras de rehabilitación. Su objetivo pasaba por mantener en todo lo posible la estructura del edificio y sacarle partido turístico. Cambió la cubierta y los forjados, desescombró y habilitó las distintas estancias del hotel. «No sólo es un complejo hotelero, también es un edificio histórico convertido en un pequeño museo», apunta la empresaria, que guarda botellas de sidra de la compañía, etiquetas, maquinaria antigua y los toneles de madera.

La empresaria conoce al dedillo la historia de la fábrica de sidra de Corias. Como cuenta, se creó en 1849 y sirvió de cuna a la famosa marca Arias. «Empezaron con sidra achampanada, mantequillas y salazones. Exportaban muchos productos y consiguieron numerosos premios. Conservo documentos de ventas, galardones y botellas originales», explica. Todo ello lo guarda en el propio hotel a modo de homenaje. «A la historia no hay que olvidarla, sino potenciarla en todo lo posible y sacarle partido. Por ello opté por conservar el edificio y guardar la tradición sidrera».

El hotel, denominado Aguas del Narcea, cuenta con un total de siete habitaciones, amplios salones y también con un gran espacio para celebrar bodas y eventos con capacidad para más de doscientas personas. Pero esto no es todo. Consuelo Fernández-Hijicos sabe que es un negocio con futuro y por ello ya piensa en ampliar. La idea es aumentar la capacidad con otras diez habitaciones, dotar a la fábrica de un espacio para spa. «Ahora habrá que esperar a que pase un poco la crisis para retomar el proyecto con más ilusión y energía», explica.

Y como la idea de la empresaria es aprovechar la sidra y la fábrica como un recurso, ha adecuado el hotel para tal fin. Ha plantado manzanos, han vuelto a hacer sidra dulce el pasado otoño y esperan realizar más actividades relacionadas con la bebida asturiana por excelencia. Todo ello, como recalca la empresaria, en un entorno y en un edificio que respetan la historia y el uso para el cual la fábrica fue levantada. Ahora, gracias a este complejo, el bajo Nalón no sólo ofertará a los visitantes playas, riberas, pesca y gastronomía, sino también la cultura sidrera.

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