REVISIONES GINECOLÓGICAS. DESDE UNA PERSPECTIVA ACTUAL.

En un reciente estudio del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, se indica que la mujer tiene una probabilidad del 39% de morir de cáncer. En esta trágica carrera, el cáncer de pulmón se sitúa en primer lugar con el 24%, mientras que el cáncer de mama supone la causa en el 18% y los cánceres ginecológicos representan algo más del 10%. El cáncer de mama constituye aproximadamente el 32% de los diagnósticos de cáncer en la mujer, mientras que el resto de los cánceres ginecológicos suponen el 13% con idéntico porcentaje que el cáncer de pulmón. El camino para mejorar los resultados lo conocemos todos, realizar un diagnóstico lo más precozmente posible e intentar una prevención eficaz en grupos de riesgo.

Desde las altas instancias sanitarias mundiales, se ha recomendado a la población la práctica de revisiones ginecológicas sistemáticas, dado que en este campo existen algunos tumores sobre los que se puede practicar una prevención real, como es el cáncer de cuello de útero, debido al conocimiento que tenemos actualmente, de la historia natural del mismo a través de sus lesiones precancerosas y su relación con el “papiloma virus hominis”. En otro tipo de tumores como son, el cáncer de mama, de endometrio e incluso en el propio ovario podremos realizar un diagnóstico precoz con las consiguientes altas tasas de supervivencia que en este momento se alcanzan.

Es necesario que la población se conciencie de que más vale prevenir que curar, no solo en el aspecto puramente científico sino también en el de la economía de la salud, ya que a la sociedad, le sale infinitamente más barato establecer programas de screening o despistaje poblacional con métodos sencillos y poco costosos, que el sofisticado tratamiento hospitalario con quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, etc. de los cánceres ginecológicos que aparecen de nuevo cada año.

Establezcamos un símil con nuestro automóvil al que llevamos al menos 1 ó 2 veces al año a revisión, o a la ITV cuando corresponde, bajo multa de tráfico si no se hace así. Cuánto más importante será cuidar la salud de las propias personas y circular en buenas condiciones por la vida. Esta inspección técnica ginecológica anual o ITGA como yo la llamaría, debería tomarse no como un derecho, sino como una obligación social y por qué no, debería ejercerse un control desde el Ministerio de Sanidad para que toda mujer pase sus revisiones y pueda realizar la prevención de estas dolencias. Es bueno para ella y excelente para nuestra sociedad. Pero probablemente son necesarias más campañas de educación y concienciación de la población.

Al igual que sucede en el terreno de la Obstetricia donde las revisiones están más que establecidas y protocolizadas, e incluso compartimentadas dependiendo del riesgo del embarazo, se podría establecer un sistema similar a nivel de la ginecología. El terreno está abonado y garantizados el filtro y la atención primaria mediante las consultas de Enfermería Especializada en Obstetricia y Ginecología que se encuentran en los Centros de Salud. Solo queda articularlas con la atención especializada. El resto depende de la respuesta de las ciudadanas.

Dr. Germán Merino
Coleg. Nº 7153
Especialista en Obstetricia y Ginecología
CLINICA DE LA MUJER
SAN JUAN DE ALICANTE

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