Todos tenemos que enfrentarnos a momentos difíciles a lo largo de nuestra vida. Motivos de preocupación que cada uno de nosotros abordamos, interpretamos, sufrimos y superamos de una manera distinta.
Los indicios o síntomas pueden ser somáticos (taquicardia, dolor de estómago, cabeza...), psíquicos (tristeza, depresión, obsesión...) y conductuales (problemas de sueño, irritabilidad...).
Cuando este sufrimiento nos dificulta afrontar nuestra vida, es necesaria la ayuda de un profesional.
En nuestra CLINICA DEVEGA estamos especializados en:
• Trastornos de ansiedad (fobias, trastorno de angustia, etc.)
• Estrés Laboral.
• Trastorno obsesivo compulsivo.
• Trastornos relacionados con el trauma y estrés.
• Trastornos disruptivos, del control de impulsos y de conducta
• Trastornos del estado de ánimo (depresión, bipolar...)
• Trastornos de alimentación (anorexia, bulimia...)
• Trastornos del neurodesarrollo (TDAH, aprendizaje, etc.)
¿Cuándo la preocupación por la salud deja de ser saludable?
Vivimos en una sociedad que utiliza con entusiasmo palabras como “natural” o “salud” y sin duda todos estamos de acuerdo en lo beneficioso de impulsar hábitos para una vida sana, no obstante, estudios científicos permiten leer entre líneas y no siempre es todo tan evidente.
En términos generales la preocupación por el estado de salud es algo relativamente saludable, sin embargo, cuando esta “preocupación” supera ciertos límites y se convierte en ansiedad por padecer una enfermedad o cuando tiene determinadas características, nos hallamos ante algo “nada saludable”, es lo que se denomina en su extremo más grave: trastorno de ansiedad por la enfermedad y en niveles más moderados: ansiedad por la salud, que es una preocupación excesiva por la posibilidad de padecer una enfermedad, y que implica un incremento del malestar y de la atención a la más mínima sensación, que suele ser interpretada como algo que no va bien en nuestra salud, poniéndonos en alerta y magnificando su verdadera importancia.
6 signos de que puede existir ansiedad por la salud
1. Estar demasiado atento a cualquier pequeña molestia o dolor físico. Cuando varias veces al día te preguntas reiteradamente sobre una molestia, insistiendo en cuando, cómo y por qué te duele, aun siendo una molestia poco significativa.
2. Indagar sobre estas pequeñas molestias, tratando de identificar si son síntomas de algo más grave y llegando a dedicar bastante tiempo a buscar información, por ejemplo a través de internet.
3. Darle demasiadas vueltas a la posibilidad de que la molestia sea un indicador de una enfermedad.
4. Entrar en un proceso de rumiación, o pensamiento obsesivo, sobre las posibles consecuencias de esa “probable” enfermedad.
5. Convertir esta preocupación en un tema reiterado de conversación con tu pareja, familiares o amigos.
6. Estar especialmente obsesionado por prevenir cualquier enfermedad, atajando cualquier molestia o supuesto síntoma y modificando pautas de alimentación, automedicándote o incluyendo en exceso suplementos dietéticos.
Consejos para combatir la preocupación excesiva por la salud
1. Hay una realidad estadística: las probabilidades de padecer una enfermedad grave son pequeñas, seguramente muy inferiores a lo que tu pensamiento anticipatorio te hace suponer.
2. Detén los fantasmas de la “catastrofización”, las probabilidades de poner remedio a una posible enfermedad son, en estos tiempos, bastante elevadas.
3. Realiza de forma natural tus controles médicos periódicos, pero sin precipitarlos o retrasarlos por la ansiedad.
4. Si tu preocupación se dispara y controla tú día a día, permite que un profesional de la psicología te ayude a adquirir los recursos y entrenamiento necesarios para afrontar esos momentos.
Tal vez, estés preguntándote por qué consideramos tan importante la preocupación excesiva por la salud o ansiedad por la salud ¿tan habitual es?.
Como decíamos al principio una de las conclusiones de la investigación que hemos realizado, enmarcada en el ámbito de la terapia y el tratamiento desde el enfoque transdiagnóstico, nos ha revelado que la ansiedad por la salud está presente y es un denominador común previo a muchos trastornos psicológicos, o dicho de otro modo, este hallazgo es un indicador que confirman la validez y el valor de prevención de este enfoque terapéutico, pero…
¿Qué es y qué significa para el avance de la terapia y los tratamientos, el transdiagnóstico?
El transdiagnóstico significa cambiar la óptica con que se miran los trastornos psicológicos, en lugar de fijarse en lo específico y diferencial, nos centramos en lo común y genérico que tienen entre sí diferentes trastornos (o grupos de trastornos) poniendo el acento en los elementos o factores comunes que participan en el origen, mantenimiento o desarrollo de los mismos.
o Un tratamiento o terapia desde el enfoque transdiagnóstico se centra en los principales mecanismos de pensamiento, emocionales y conductuales presentes en un gran número de problemas psicológicos muy frecuentes en la población. Si se modifican esos elementos comunes, que incluyen entre otros procesos de atención, memoria, pensamientos, expectativas y algunas dimensiones de personalidad, se pueden prevenir posibles trastornos psicológicos que son muy habituales en la población general.
Por ejemplo, una persona que sufre ansiedad y acude a este tipo de tratamiento o terapia, aprenderá a identificar ante qué situaciones, pensamientos o reacciones físicas se disparan sus reacciones de ansiedad y que es lo que hace en consecuencia, sus tendencias de pensamiento habituales, tales como la preocupación, darle vueltas a todo, anticipar consecuencias graves si ocurre lo que teme. A partir de este proceso de reconocimiento de su propia vivencia emocional, podrá desarrollar formas nuevas de interpretar las situaciones y sus posibilidades de hacer frente a la situación, aumentando su capacidad para tolerar y superar situaciones de malestar o incomodidad. Como consecuencia, su percepción de control ante situaciones mejorará, disminuyendo los sentimientos de tristeza e impotencia. Con lo cual se estaría previniendo el desarrollo de síntomas depresivos, mejorando su autoestima y su capacidad para afrontar las dificultades.
¿Ves ahora la importancia del tema de este artículo: la ansiedad por la salud?
En este sentido, quiero despedirme con una pregunta que dejamos al final de nuestra investigación y que esperamos responder en futuras Investigaciones Clínicas:
¿Es la preocupación excesiva por la salud una dimensión o rasgo generador de fragilidad para el desarrollo de diversos trastornos de ansiedad o de otro tipo?
Autora:
Marta Giménez
Psicóloga Sanitaria en Área Humana. Especialista en Perspectiva de Género y Transdiagnóstico.
Directora del Área de Investigación e Innovación de Área Humana.
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