SANIDAD/ ARAGÓN
Se trata de una compleja intervención en la que se toma tejido del glúteo de la paciente y se conecta al tórax con microcirugía.
LUCÍA VALERO. Zaragoza
Los médicos de Cirugía Plástica del Hospital Miguel Servet de Zaragoza han utilizado por primera vez en Aragón una nueva técnica de reconstrucción mamaria. Consiste en tomar grasa y piel del glúteo de la paciente y conectar los tejidos con el tórax. Después, se moldea para que su forma se asemeje al máximo a la mama sana.
Se trata de una intervención larga y compleja, pero es la única recomendable en mujeres que han sido sometidas a radiación, que no toleran las prótesis o que han pasado por operaciones previas.
Este último es el caso de la primera mujer que se ha sometido a la nueva técnica. La intervención se llevó a cabo hace solo tres semanas. "A la paciente la habían operado anteriormente del abdomen por lo que los vasos sanguíneos estaban dañados y no podían utilizarse", explicó el cirujano Julio Delgado.
Frente a esta, la técnica más simple es la conocida como "expansión cutánea", que consiste en expandir la piel de la zona mamaria y colocar una prótesis. Pero no todas las pacientes toleran los implantes por lo que hasta ahora, la única alternativa era la reconstrucción con tejidos del abdomen o de la espalda.
Tanto estas como las de glúteo tienen la ventaja de que dan un resultado más natural que las prótesis. "Cuando la paciente engorda o adelgaza, por ejemplo, se nota en las dos mamas por igual. Además, son más similares entre sí que los implantes", aseguró el cirujano Javier Rodrigo.
Este tipo de intervenciones, que se realizan con microcirugía, se prolongan durante unas seis o nueve horas. "Son técnicas complicadas que requieren un sacrificio personal y humano importante", confesó el doctor Delgado. Además, la vigilancia de la paciente debe ser intensiva en los tres días posteriores a la operación.
Asimismo, los medios necesarios son más costosos. "Se trata de un procedimiento complejo ya que requiere la conexión de los vasos sanguíneos del tejido original con los de la zona receptora, en el tórax. Pero la calidad del resultado es infinitamente superior y la parte donante, en este caso, la nalga, casi no se ve afectada", añadió.
Cicatrices ocultas
Otra de las ventajas que quisieron poner de manifiesto los cirujanos es que las cicatrices resultantes de la operación se pueden ocultar fácilmente con la ropa. En el caso de la extracción de piel y grasa abdominal, apuntaron a la doble satisfacción que sienten las mujeres: la de la reconstrucción de la mama y la de la reducción del volumen de su estomago.
La microcirugía se aplica también de forma habitual en la reparación de otras zonas como puede ser la cara o las extremidades que se hayan visto afectadas por traumatismos graves. Así se arreglan defectos, se evitan secuelas y se acorta el tiempo de recuperación.
En lo que va de año, el servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Servet ha realizado 25 intervenciones de microcirugía. Ocho de ellas han sido reconstrucciones mamarias de abdomen y una de glúteo.
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