Los vigilantes de Luanco patrullan a pie las calles para evitar altercados y asesorar a los vecinos que lo soliciten.
Dan las diez de la noche y los serenos de Luanco comienzan su larga caminata. «Recorremos unos quince kilómetros cada jornada», asegura Julio César Victorio, uno de los cuatro serenos que trabajan durante los fines de semana en la villa gozoniega. Les esperan diez horas de paseo por las calles luanquinas con un único fin: ayudar y asesorar a los vecinos que lo necesiten.
LA NUEVA ESPAÑA acompañó a los serenos en la noche del pasado sábado durante un turno de trabajo, una velada «tranquila y serena». Estos profesionales del orden, que patrullan ataviados con chalecos de color amarillo reflectante, tan sólo tuvieron que intervenir en dos ocasiones y bien avanzada la madrugada. Su presencia parece tener carácter disuasorio, como demostró la actitud de cuatro jóvenes que la emprendieron a golpes con varios carteles publicitarios y que volcaron unos maceteros. «Simplemente les dimos un toque de atención», indicó Julio César Victorio. «La mayoría de las veces no tenemos ni que intervenir, nos ven y ya está todo controlado», añade Antonio Rodrigo.
Cada noche de trabajo, los vigilantes se reparten su radio de acción para tener más controlada la villa marinera. Pasean por las calles del centro urbano de Luanco, por el barrio de La Vallina, por la playa, por El Crucero y demás zonas del extrarradio luanquín. Cada pareja porta una linterna y un teléfono móvil para estar permanentemente comunicados entre sí y con los vecinos que soliciten su ayuda. «Los serenos tenemos que estar pendientes de todo lo que ocurre, pero a su vez, tenemos que estar relajados», explica Jovino Gutiérrez.
Si los altercados van a mayores, los serenos se ponen en contacto con la Guardia Civil «que rápidamente se presenta en el lugar indicado». Estos trabajadores nocturnos también examinan las deficiencias del mobiliario urbano y no dudan en alertar al Ayuntamiento ante cualquier irregularidad, como una farola estropeada.
Rodrigo destacó que la labor de los serenos es meramente informativa, de asesoramiento a los vecinos y de apoyo pleno a los comercios y hosteleros. «Hace unas semanas tuvimos que llevar a una persona al centro de salud, nos llamó y nos agradeció nuestra labor», comentaron estos serenos que patrullan a pie cada uno de los rincones de Luanco.
http://www.lne.es/aviles/2010/08/02/noche-tranquila-serena/950071.html
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