MODISMOS EN LA CULTURA EMPRESARIAL...de cualquier ciudad

Una de las ventajas de toda persona sencilla, empresario o no, es que se suele hacer entender muy bien, con voz franca y audible, ajeno a los términos que europeos de buen ver y americanos de elite nos tratan de imponer y - luego a luego (expresión murciana) es de desear que por muchos años-. Sirvan de ejemplo: benchmarking, outsourcing, coatching, mentoring, empowerment, ..., como si no pudiesen ser traducidos al idioma más rico y expresivo del planeta, nuestro querido (quizás no tan querido) español.

Catedráticos, doctos empresarios, formadores, consultores -y me incluyo- somos los primeros en alardear de "originales" ocurrencias, promocionadas por quienes creen inventar una nueva fórmula de gestión empresarial, y para darle credibilidad le ponen un título lo más ocurrente y extraño posible. Términos anglosajones, malsonantes y difíciles de pronunciar. Expresiones inéditas incluso en su propia lengua. Y nosotros nos las tragamos como lo más natural. Las tratamos de aprender rápidamente para usarlas a diestro y siniestro, y no fallar en una reunión de ejecutivos, en las que se ponen a prueba unos a otros.

- Luis, ya habrás hecho implementaciones de outsourcing ¿verdad?.
Si, si. Por supuesto. Pero no acabo de encajar bien el equilibrio que debe haber con TQM. ¿Cómo te va a ti con el estudio de benchmarking?
...

Durante años -hoy ya no- se llamaba SNOB a todo aquel que adoptaba una imagen importada, como propia, de toda la vida, natural. En su forma de vestir, de hablar o de hacer. En castellano podríamos utilizar: falso, ridículo, impropio, afectado, borde, ...en Murcia aprendí un término que le va al pelo: ¡PIJO!, claro que si queremos ser muy finos a lo mejor no es la expresión más acertada. Pero hoy quisiera utilizarla... ¡no seamos pijos!.



¡Menos mal! que a continuación del término empleado en raro inglés, surgen ríos de tinta sobre su significado, que casi siempre trata de una fórmula inexorable para alcanzar el éxito empresarial.. Y así descubrimos que (en su idioma o en el nuestro) Benchmarking en realidad quiere decir "Estudia las ventajas del contrario"; Outsourcing: "Confluencia de intereses"; Empowerment; "Autonomía del trabajador"; ... traducciones (hasta donde se puede traducir, claro) que tampoco aclaran por si mismas una metodología, sistema o fórmula, pero son nuestras y algo podemos entender. Al emplearlas, damos y recibimos alguna pista sobre el tema a tratar.

Lo peor de su uso indiscriminado es que se emplean como arma arrojadiza ante quienes por su cargo, estudios o profesión, se sobrentiende que les tienen que sonar a algo tan corriente como "flujo de caja", "economía de escala", ...y la estúpida vergüenza de reconocer su "ignorancia" ante el pijo de turno (también me incluyo), establece un diálogo de besugos entre el que cree "pillar" y el que es "pillado". Nos sobra pedantería y nos falta humildad, pero siempre estamos a tiempo de corregir (que es de sabios). ¡No seamos pijos

Algo grave si que hay en todo esto, es que ninguna de esas "técnicas" es la panacea para resolver las múltiples dificultades de una empresa. Todas son interesantes, y todas aportan ideas constructivas para gestionar mejor. Pero ninguna supera el talento empresarial, un comportamiento ético, o un sistema eficaz de comercialización capaz de combinar con acierto los muchos factores que deciden su éxito.

Ojála que los consultores y formadores de esta sabia y cálida nación, seamos capaces de transmitir técnicas e ideas en la "jerga" más llana y fácil de entender, porque así ganaremos tiempo y eficacia en beneficio de todos, sin que por ello parezcamos menos cultos, menos europeos, o menos intelectuales. El respeto y la profesionalidad deben estar muy por encima de "snobismos" y "pijotadas". Al pan pan y al vino vino –mejor de Jumilla-.




Adolfo Reborio
Consultor de Marketing.

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