De las diversas tecnologías disponibles, evidenciamos algunos puntos críticos de base:
Ionización con Cobre-Plata: Es una tecnología idonea solo para algunas tipologia de tuberia: es decir la presencia de sistemas y redes de distribución del agua realizadas en cobre. Las tuberías galvanizadas o en hierro inhiben la eficacia de tal sistema y crean efectos de corrosión (Intercambio iónico de cobre-hierro o cobre- zinc.) Además, sabemos que la bacteria de la legionella se hace resistente al ión plata.
Rayos UV: Es un tratamiento localizado, que elimina buena parte de las bacterias que llegan con el agua de alimentación, pero no elimina la contaminación presente en la red.
Ozono: Es muy eficaz sobre las bacterias, pero siendo un gas tóxico, debe ser eliminado rápidamente después del contacto con el agua, no permitiendo por tanto una cobertura de toda la red; tecnología bastante compleja y costosa.
Microfiltración sobre membranas: Representa una barrera física efectiva, pero no resuelve completamente el problema; el coste de aplicación para cada punto de uso es muy elevado.
Las tecnologías que permiten una desinfección constante sobre toda la red y no inducen la formación de bacterias resistentes, ampliamente conocidas, son el cloro/hipoclorito y del dióxido de cloro, que comparamos a continuación.
El cloro necesita unas concentraciones de mantenimiento entre 1 y 3 mg/l, con notables contraindicaciones por la corrosión de los sistemas y sobre todo perjudica notablemente las características organolépticas del agua.
Es poco eficaz sobre película de bacterias y sobre metazoos(protozoos de amebas), es decir sobre la matriz orgánica indispensable para el crecimiento y replicación de las bacterias en cuestión. Y además, crea subproductos nocivos (trihalometanos).
EL DIÓXIDO DE CLORO PARA LA ERRADICACIÓN DE LA LEGIONELLA.
Las razones que hacen del dióxido de cloro el producto más idóneo, en la mayoría de los casos, son las siguientes:
§ El dióxido de cloro es un desinfectante de un elevado poder oxidante; también, es muy activo contra las bacterias, virus y biopelícula orgánica; además los microorganismos no se vuelven tolerantes a este reactivo
§ Tales propiedades se desarrollan dosificando cantidades claramente inferiores a las requeridas para el cloro/hipoclorito y esto le permite un empleo compatible con los usos normales potables y tecnológicos del agua caliente sanitaria.
§ Es un producto fácilmente dosificable y detectable mediante un simple análisis específico in situ.
§ NO forma “trihalometanos”, compuestos orgánicos tóxicos, típico de la dosificación de cloro/hipoclorito.
§ Funciona tanto sobre bacterias como biopelículas, que constituyen una fuente indispensable de protección y replicación, y en particular sobre la bacteria de la legionella (Legionella pneumophila).
§ No crea ningún problema de resistencia al reactivo por parte de la bacteria de la legionella (Legionella pneumophila).
§ Por último y más relevante, el dióxido de cloro no altera las características organolépticas del agua tratada, dejando inalteradas las propiedades de la misma.
Por todos estos motivos, consideramos que el dióxido de cloro es el mejor producto desinfectante contra la legionella.
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