LAS 'CASAS BIEN' NO RENUNCIAN AL PORTERO

Madrid - 2010-10-29

De la portería a la garita
La profesionalización de la gestión de las fincas cuestiona la figura del portero
Turnos, sueldos ajustados y temporalidad se asocian a la profesión de conserje

Un portero realiza sus tareas. (Foto: Bernabé Cordón)
Actualizado viernes 13/06/2008 18:03 (CET)
MARÍA EUGENIA NICOLÁS
Luis Estévez lleva 19 años al frente de la portería del número 3 de la calle Enrique Larreta, en el distrito de Chamartín en Madrid. "En esta misma calle ya sólo quedamos dos porteros. El resto de las fincas han contratado conserjes que vienen, hacen sus horas y se van". Le queda uno para jubilarse, pero confía en el relevo generacional y la supervivencia del oficio. "En las zonas donde se sitúan los inmuebles, la gente no está dispuesta a la figura del portero porque les da tranquilidad".

La profesionalización de los servicios de las fincas urbanas está relegando la figura de los porteros a las casas más tradicionales. El servicio de portería se ofrece, sí, en las nuevas promociones de todos los barrios residenciales, pero en forma de conserje, un puesto más precarizado, en la que el trabajador no vive en la finca, trabaja por turnos y se ocupa de unas tareas determinadas, muchas veces vinculadas más a la seguridad que al mantenimiento. La crisis, además, favorece la proliferación de esta figura en detrimento del clásico portero-para-todo.

El último Convenio laboral de "empleados de fincas urbana" de la Comunidad de Madrid, firmado en 2001, distingue entre el portero que "teniendo casa-habitación en el inmueble, propiedad de la empresa en el que presta su servicios, realice los cometidos señalados en el mismo en virtud de contrato de trabajo", y el conserje, "quien sin tener casa habitación propiedad de la empresa en el inmueble en el que presta sus servicios, realice los cometidos señalados en la misma en virtud de Contrato de Trabajo".

En la práctica, el portero hace de su profesión una forma de vida, mientras que para el conserje sólo es una manera de ganarse la vida haciendo turnos, muchas veces, en distintas comunidades.

José, portero de finca en Madrid, reconoce cobrar "alrededor de 1.500 euros". Es una excepción. En 2002, el sueldo base de un portero se estableció, por convenio, en 433,45 euros mensuales "por debajo del sueldo mínimo interprofesional", enfatiza José. También está estipulado por convenio que recibirán el 85% en metálico y el 15% en especie, en la mayoría de los casos en concepto de vivienda.

El salario también varía en función del número de viviendas del edificio, entre el 10% de incremento del sueldo base en edificios de entre 10 y 20 viviendas, hasta el 26% en las de más de 71 casas. Para completar sus ingresos, muchos porteros se hacen responsables también del cuidado de los garajes.

Los conserjes de las nuevas urbanizaciones, por el contrario, perciben todo el sueldo en metálico, no residen en su lugar de trabajo y no tienen la obligación de acudir en caso de emergencia. En la empresa Soekarno S.L., los conserjes perciben alrededor de 1.500 euros brutos mensuales por 40 horas semanales. La rotación es bastante alta.

Los vecinos recurren a ellos ante cualquier eventualidad

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Las jornadas de los porteros también son de 40 horas y dos días de descanso, pero en la práctica no se suelen respetar. Y eso, que en los últimos 20 años las cosas han cambiado. "Antes si alguien daba una fiesta había que permanecer en la portería abriendo la puerta hasta que se fuese todo el mundo", recuerda José. Los vecinos recurrían a ellos ante cualquier eventualidad y a cualquier hora.

Adiós a las propinas
En los años 70, cuando la mayoría de los porteros de hoy se iniciaban en las porterías, gran parte de lo que percibían llegaba en forma de gratificaciones. El trato directo con los inquilinos del edificio hacía posible que recibiesen suculentas propinas "sobre todo en Navidad", recuerda nostálgico Don José.

Los nuevos conserjes, encerrados en su garita acristalada, se ocupan principalmente del mantenimiento de zonas comunes y piscinas, y del control del acceso a la zona residencial, por lo que el trato con los propietarios no es tan directo como el de los porteros de barrio.

Para contratar conserjes se recurre a empresas que facilitan estos servicios

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Los porteros de las "casas bien" son contratados directamente por la comunidad de propietarios. Por el contrario, para la contratación de conserjes se recurre habitualmente a empresas que facilitan estos servicios. Arnianto T. Soekarno, director general de Soekarno S.L. explica que su empresa "ejerce de vínculo" entre los conserjes y las comunidades. "Nos encargamos de la selección, remuneración, uniformes y de las sustituciones en el caso de ser necesarias".