Carlos Rey, que el próximo octubre acudirá al International Invention Show and Technomart en Taiwan, aseguró a EFE que su aire acondicionado portátil puede pesar entre un kilo y kilo y medio y es idóneo para los profesionales que realicen trabajos a altas temperaturas o en zonas de clima muy cálido.
El inventor tinerfeño, que además es escultor y aficionado al diseño industrial, recordó que en 1994, gracias al apoyo privado, consiguió una medalla de oro en Ginebra por "un sorprendente y novedoso" vehículo ecológico, como lo definió la organización.
El invento, que fue nominado por su propio autor como "carpatín", consistía en "un sistema motriz con ejes de geometría variable, con tracción, frenos y dirección integral, de construcción totalmente artesanal".
En 2010 consiguió, en el mismo certamen helvético, un medalla de plata por el invento de una bicicleta, también ecológica, que con un sencillo sistema de poleas, hace que crezca el tamaño del pedal en la zona en la que se ejerce la máxima presión de pedaleo, con lo que aumenta la velocidad a la par que el ciclista hace un menor esfuerzo".
A pesar de sus medallas y prestigio, "la gente que somos inventores lo pasamos mal, esto es como una droga, pasamos incluso hambre porque lo poco que tenemos lo dedicamos a los inventos", aseveró Carlos Rey, quien se lamentó de que ninguna institución canaria le haya prestado apoyo.
Carlos Rey también ha patentado sobres de azúcar en monodosis con forma de plátano de Canarias que tendrían un coste por unidad de dos céntimos y que ayudaría a promocionar la imagen del archipiélago y de su principal fruta.
"Al poco tiempo de presentar los sobres de azúcar con forma de plátano me llamaron de la Asociación de Productores del Plátano de Canarias (Asprocan), hablé con el gerente y me dijo que la idea era buena para la promoción de su producto y que había sido aprobado el proyecto en la junta de accionistas", explicó el inventor.
Pero cuatro meses después dieron marcha atrás; "esto me huele a chamusquina, ¿como me pueden decir que el proyecto está aprobado en la junta de accionistas y luego se esconden y dice que no le interesa a nadie?, se preguntó el inventor chicharrero.
"Nunca he encontrado apoyo institucional ni de las administraciones; ya no pierdo el tiempo en ningún despacho porque a parte de perder la ilusión y el ánimo te pueden robar la idea", subrayó.
Tras afirmar categórico que "el mundo de la empresa es un mundo de tiburones", Carlos Rey espera conseguir en Taiwan algún premio con su aire acondicionado portátil para que su recompensa no sea solo moral y particular como lo ha sido hasta ahora
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