El sufrimiento tiene una razón de ser: informarnos de que nos estamos alineados con nuestro verdadero ser, con lo que somos por naturaleza.
Cada uno de nosotros es de una forma diferente, tienen unas características particulares que lo diferencian del resto (ni mejor, ni peor, simplemente particular). Hay tanto seres diferentes como huellas dactilares diferentes.
Somos seres individuales. Cada uno hace las cosas a su manera y vale para algo específico.
Cuando nuestras particularidades estan sin explotar o no son tenidas en cuenta, se produce un desorden que genera sufrimiento.
A través del estudio del diseño humano podemos acceder al mapa individual de cada uno de nosotros. Ese mapa nos muestra quienes somos, qué particularidades tenemos, cuales son nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles.
A partir de conocer nuestro mapa individual, podemos conocer lo que más nos conviene, las estrategias que tenemos que desarrollar a la hora de relacionarnos con los ´demás, en qué nos tenemos que basar cada uno a la hora de tomar decisiones y muchas cosas más.
El diseño humano nos ayuda a comprendernos, a descubrir nuestra verdad más profunda y más interna. A partir de ahí no juzgaremos más nuestros comportamientos y nos alinearemos con nuestra verdadera esencia. Así el sufrimiento irá desapareciendo, ya que su mensaje ha sido escuchado y atendido.