Si tienes una pradera es como si te quieres dejar el pelo largo, puede estar muy bien pero hay que cuidarlo mucho.
Las siegas hay que hacerlas de forma periódica, sin dejar que coja mucha altura la hierba, ya que si es así, al cortarla encontraremos que dejamos al descubierto una gran parte de la planta que antes estaba protegida y ahora se presenta blanquecina y expuesta al sol.
En cuanto a los abonados, hemos de hacer aportes periódicos de materia orgánica, aunque esto dependerá de su contenido inicial y del tipo de labores que hagamos habitualmente en el jardín.
Algunas máquinas nos dan la opción de reciclar la hierba cortada, reincorporándola al terreno. Esto es muy aconsejable, pero siempre que se hagan siegas bastante frecuentes, dejándola crecer muy poco para que, al quedar muy desmenuzada, se descomponga de forma rápida.
Hay que tener en cuenta que en este proceso de descomposición natural, se puede llegar a bloquear el nitrógeno asimilable, como consecuencia de la propia actividad microbiana, por lo que puede ser necesario hacer aportes adicionales de nitrógeno para reactivar dicha actividad.
El abono nitrogenado, tan necesario para el buen desarrollo de la pradera, puede ser también un problema si no se hace de forma equilibrada, ya que puede ser el origen de la aparición de algunos hongos, sobre todo en determinados periodos del año y en unas concretas condiciones de humedad y temperatura.
Noticias relacionadas
Pertenecen al orden de los Hemípteros, que son un grupo enorme de insectos chupadores gracias a ...
La Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente ha celebrado su cuarta edición en el IFEMA del ...
Pertenece a la familia de las Rosáceas que comprende un gran número de géneros de gran interés ...