Un dardo tranquilizante fue necesario para capturar la noche del pasado martes un ejemplar de macaco de Gibraltar en una calle de la urbanización El Rincón de Torrent. Agentes del Seprona se hicieron cargo del animal sobre las once de la noche, después de que fueran alertados de su presencia.
El animal, macho y de un peso que se sitúa entre los 12 y los 15 kilogramos, fue conducido en primer lugar a las instalaciones del Ayuntamiento de Valencia en el barrio de Nazaret, donde se custodian animales exóticos encontrados en la vía pública.
A este lugar llegó todavía dormido y tras despertarse recibió los primeros cuidados, según comentó Javier García, uno de los socios de la empresa Estudi Verd, concesionaria de este servicio para el Ayuntamiento.
El macaco es un primate que vive en las montañas del norte de África y en Gibraltar, una especie protegida por lo que los agentes del Seprona investigan la procedencia del animal. García comentó que las pesquisas están muy adelantadas y en caso de hallarse al dueño, tendrá que hacer frente con toda probabilidad a una fuerte multa.
El animal estuvo unas horas en el centro municipal de Nazaret, tras lo que se dispuso su traslado a las instalaciones de la Conselleria de Medio Ambiente en la Devesa del Saler, donde permanece en la actualidad, a la espera de decidir dónde vivirá el primate.
En verano se multiplican los avisos de animales exóticos encontrados en la calle. Este miércoles, los operarios de la contrata acudieron a la calle Juan Llorens, junto al mercado de Abastos de Valencia, para hacerse cargo de una iguana de pequeño tamaño, probablemente abandonada.
El recinto de Nazaret está en servicio desde hace unos pocos meses y se construyó con fondos del primer Plan E. La idea es cuidar aquellos animales hallados o entregados por sus dueños al no poder hacerse cargo de un mantenimiento adecuado. Hasta su apertura se mantenían en una alquería de Viveros, que se quedó pequeña en los últimos años debido a la moda de comprar mascotas exóticas.
Cotorras, serpientes, y tortugas completan un pequeño zoológico que crece cada día. Los ejemplares son curados de sus heridas y en ocasiones pueden ser soltados de nuevo, sobre todo en el caso de las aves, que gozan de protección al ser catalogadas como especies en vías de extinción.
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