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REPORTAJE DEL 13 DE DICIEMBRE DE 2010
Vino a España para labrarse un futuro, pero un coche lo postró en una cama y necesitará ayuda de por vida. Xiaoping, español de origen chino, fue atropellado en Zaragoza mientras iba en bicicleta, pero el seguro del vehículo se niega a indemnizarle.
Xiaoping con una de sus hijas Tian Esmeralda, una de las hijas de Xiaoping Yang, da de comer a su padre en la cama, donde pasa gran parte del día. Las secuelas del atropello le han dejado prácticamente paralizado para el resto de su vida.
Xiaoping Yang, de 56 años, le cambió la vida la tarde del 25 de marzo de 2010. Se dirigía en bicicleta por el carril-bici de la ciudad de Zaragoza para entregar varios encargos de su tienda –especializada en artículos de regalo– cuando un coche impactó contra él y lo mandó al hospital. Entre aquel día y el 5 de noviembre, Yang ha permanecido ingresado, primero en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde temieron por su vida, y después en el Institut Guttmann de Badalona, donde ha intentado rehabilitarse de sus secuelas. A pesar de los esfuerzos, Xiaoping quedó condenado a una silla de ruedas, apenas puede hablar y necesitará los cuidados de su familia las 24 horas del día el resto de su vida. La aseguradora del vehículo que lo arrolló, Reale, se niega a pagar indemnización alguna porque le culpa del accidente. La compañía aseguradora aprovecha la falta de claridad sobre el suceso para acusar a a Xiaping de saltarse el semáforo que regula un paso de cebra y el carril-bici del cruce de la calle Valle de Broto con la avenida de los Pirineos.
Eran las 17.10 horas y fue a estrellarse contra un Volkswagen Golf conducido por Miguel Ángel L., de 22 años, que no era el propietario del vehículo ni tenía el seguro a su nombre. Las pesquisas de la Policía Municipal no arrojaron demasiada luz al suceso, ya que fueron incapaces de determinar si la bici chocó contra el coche o fue al revés. El conductor dio negativo en la prueba de alcoholemia y se descartó que superara la velocidad permitida de 50 kilómetros por hora en esa vía.
Según explica José María Bayod, abogado de la familia Yang, “el informe sólo establece que el coche tenía un golpe en la aleta derecha, el faro derecho y parte del parachoques y el parabrisas donde golpeó el señor Yang. La bici estaba doblada por la mitad en un ángulo de 90 grados. No hay huellas de frenada porque no frenó. La lógica dice que el conductor no vio el semáforo ni al ciclista, así que lo atropelló sin frenar antes y al hacerlo dobló la bici por la mitad. En cualquier caso, hubo dos testigos del accidente que avalan de diferente manera que el coche pudo haberse saltado el semáforo. Estaban esperando el autobús en la marquesina que se encuentra a 20 metros del lugar del accidente”.