Los colectores solares son dispositivos diseñados para captar la radiación solar,
- Transformarla en energía térmica y así elevar la temperatura de un fluido. Esto nos
facilita, por ejemplo, calentar agua para su posterior aprovechamiento a nivel doméstico
o comercial.
En función de la temperatura que puede alcanzar el fluido, los podemos dividir en dos
grandes grupos,:
-Los de concentración: son aquellos que necesitan enfocar la energía dispersa para
llegar a temperaturas superiores a los 100- 150º C.
-Los colectores planos: son dispositivos más simples que nos permiten obtener energía
calórica de baja temperatura (inferior a 100º C).
Colectores de concentración
Los concentradores son dispositivos capaces de aprovechar la energía solar con un
sistema de espejos que concentran la energía proveniente del sol en un punto, para
calentar agua y convertirla en vapor.
Este vapor mueve unas turbinas que a su vez mueven un
generador para producir electricidad.
El concentrador más simple y conocido que muchos hemos usado
para quemar pequeños objetos es la clásica lupa.
Históricamente, la idea de concentrar la radiación solar para obtener
más energía, fue anterior a la de los colectores planos
Colectores de placa plana
Estos colectores se caracterizan por no poseer
métodos de concentración, ser más económicos y
resultar eficientes para obtener agua caliente
sanitaria. Además, nos ofrecen la ventaja de usar
una orientación fija y de aprovechar tanto la radiación
directa como la difusa.
Estos colectores de placa plana se componen de
cuatro elementos principales: la cubierta transparente
(vidrio o similar), la placa captadora (superficie negra
que va absorber la luz solar), el aislante y la carcasa
(contenedor de todo lo anterior).
1. Cubierta transparente:
Es la encargada de dejar pasar la radiación solar,
evitar que el calor emitido por la placa captadora
se vaya del sistema y reducir las pérdidas por
convección .Estamos logrando el efecto
invernadero con una cubierta de vidrio o plástico y
de esta forma aumentando la eficiencia del colector.
2. Placa captadora:
Tiene por misión absorber de la forma más eficiente posible la radiación solar y
transformarla en energía térmica utilizable mediante su transferencia al fluido
caloportador (agua, aceite, aire, etc.). Existen diferentes modelos, siendo los más
usuales:
a) Dos placas metálicas separadas unos milímetros entre las cuales circula el
fluido caloportador.
b) Placa metálica sobre la cual están soldados o embutidos los tubos por los que
circula el fluido caloportador. En lugar de una placa metálica se puede dotar de
unas aletas de aluminio a los tubos de cobre.
c) Dos láminas de metal unidas a gran presión excepto en los lugares que forman
el circuito del fluido caloportador.
d) Placas de plásticos, usadas exclusivamente en climatización de piscinas.
3. Aislamiento:
La placa captadora está protegida en su parte posterior y lateral por un aislamiento
que evita las pérdidas térmicas hacia el exterior.
Las características de estos aislantes han de ser:
Resistir altas temperaturas sin deteriorarse, lo que muchas veces se consigue
colocando entre la placa y el aislante, una capa reflectante, que impida que el
aislante reciba directamente la radiación.
Desprender pocos vapores al descomponerse por el calor y en caso de ocurrir
que no se adhieran a la cubierta.
No degradarse por el envejecimiento u otro fenómeno a la temperatura habitual
de trabajo.
Soportar la humedad que se pueda producir en el interior de los paneles sin
perder sus cualidades.
Los materiales más usados son lana de vidrio, espuma rígida de poliuretano y
poliestireno expandido.
4. Carcasa:
Es la encargada de proteger y soportar los elementos que constituyen el colector solar,
además de servir de enlace con el edificio por medio de los soportes.
Debe cumplir los siguientes requisitos:
Rigidez y resistencia estructural que asegure la estabilidad. Estas cualidades
son de suma importancia ya que debe resistir la presión del viento.
Resistencia de los elementos de fijación: mecánica para los esfuerzos a
transmitir, y química para soportar la corrosión.
Resistencia a la intemperie, a los efectos corrosivos de la atmósfera y a la
inestabilidad química debido a las inclemencias del tiempo.
Aireación del interior del colector para evitar que allí se condense el agua. Se
realiza por medio de dos técnicas:
Vacío en el interior del colector cuando éste está frío, para que la carcasa
no esté sometida a una presión muy alta cuando el aire en su interior se
caliente.
Practicar unos orificios en la carcasa para permitir la aireación del colector
así como la evacuación de la condensación. Los orificios se localizan en la
parte posterior para evitar la entrada del agua de lluvia y la pérdida de aire
caliente del interior del colector.
Evitar toda geometría que permita la acumulación de agua hielo o nieve en el
exterior del colector.
Facilitar el desmontaje de la cubierta para poder tener fácil acceso a la placa
Captadora.
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