“BOTOX: aparece un competidor” Dr. Martínez Escribano

La toxina botulínica (popularmente conocida como Botox ®, uno de sus nombres comerciales) ha revolucionado el mundo de los procedimientos cosméticos faciales, por sus propiedades de rejuvenecimiento en frente, entrecejo y región periocular, entre otras. El mecanismo de acción de la toxina botulínica consiste en bloquear los impulsos del nervio a músculos relacionados con las líneas de expresión, evitando de este modo su contracción. La piel por ello, queda lisa y sin arrugas, o con menos arrugas, mientras que los músculos no tratados mantienen su actividad normal por lo que la expresión facial no se ve afectada.
La toxina botulínica cumple ahora cinco años desde su aprobación con fines estéticos en España, bajo el nombre de Vistabel ® (Allergan), pero su seguridad está avalada por más de 20 años de experiencia en otras áreas de la Medicina como la Neurología, donde se usa para el tratamiento de espasticidad, parálisis o asimetrías faciales. Aunque, con frecuencia, los pacientes y médicos la siguen llamando Botox ®, estamos a punto de ver comercializado en España un rival: Azzalure ®, de Galderma, laboratorio especializado en productos de Dermatología. Conviene aclarar que tanto Azzalure ® como Vistabel ® / Botox ® son toxinas botulínicas tipo A, sin embargo, los dos preparados se diferencian por el tamaño y forma de la molécula, lo cual parece influir en la mayor o menor migración de la misma desde el punto de inyección. Podemos decir que las moléculas más grandes migran menos que las moléculas más pequeñas, lo que significa que permanecen allí donde queremos inyectarlas sin que pasen a otra zona cercana. Por este motivo, las unidades necesarias de Azzalure ® para lograr el mismo efecto terapéutico que con Vistabel ® / Botox ® no son ni equiparables ni intercambiables. Si bien Azzalure ® es nuevo en España, ya lleva años comercializada en otros países como Dysport ® (Ipsen), por lo que es una molécula sobre la que ya se tiene amplia experiencia.
Este mes pasado se publicó un artículo científico revisando la efectividad y seguridad del uso de la toxina botulínica tipo A con fines estéticos en la cara, y ahí se señalaba que la incidencia de efectos adversos con dicha toxina es similar a la que se obtiene con un placebo, con la excepción de la blefaroptosis (caída del párpado) que ocurre entre 0-5% de los casos: Gadhia K, Walmsley AD. “Facial aesthetics: is botulinum toxin treatment effective and safe? A systematic review of randomised controlled trials”. Br Dent J 2009. De aquí se deduce que la toxina botulínica es un producto seguro y eficaz, pero el dermatólogo o el médico que la inyecte debe tener muy en cuenta el tipo de toxina que utiliza.

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