Marina Vara

Es muy difícil describirte en «pocas palabras» pero podría decir que soy tremendamente curiosa, terca como yo sola y tan creativa que a veces me abrumo a mi misma.

No es que me haya pintado muy genial ni maravillosa, pero es la verdad. Y la verdad es que esas cualidades son las que me han llevado a ser la persona que soy hoy, una persona de la que estoy orgullosa y de la que quiero seguir aprendiendo para poder aprender con y de los demás.

Esa curiosidad de la que os hablaba me ha hecho conocer y disfrutar de muchas cosas, entre ellas se encuentra la danza, el yoga, las artes marciales, la lectura, la ciencia, la cocina, el diseño… y paro ya que os aburro.

Lo de ser terca es un 50/50, ya que en ocasiones te tachan de tozuda, cabezona y sucedáneos a esos palabrejos, pero lo cierto es que para mí es sinónimo de constancia y objetividad. Me gustan los retos y me gusta conseguirlos, aunque tengo por cierto que si no los realizo es porque no era el momento de hacerlo, sino de aprender.

Por último, el derroche creativo, quizás lo que todavía a día de hoy me sigue resultando complejo de manejar, puesto que mi cabeza va mucho más rápido de lo que puedo manejar, y me surgen tres mil ideas que quiero hacer, y las quiero hacer todas. He ahí el quid de la cuestión: el trabajo interno de no verse ahogado por todas «creatividades». Y es que la paciencia es un camino largo que recorrer, aunque es necesario para llevar a cabo todas esas ideas que resuenan en mi cabeza.

En resumen, ni soy perfecta ni estoy queriendo serlo, sólo quiero aprender, fluir y disfrutar de los procesos creativos, del aprendizaje interno y de todas esas cosas maravillosas que vamos a crear y todavía no lo hemos hecho…